¿Qué papel cumple la radio en la sociedad?
-Al igual que todos los medios de comunicación/difusión cumple un papel preponderante en lo que tiene que ver con la información, la formación/educación de la ciudadanía, la actitud frente a los hechos que movilizan el día a día del país. La radio y quienes actúan en ella son referentes esenciales que antes de dirigirla y mucho más antes de enfrentarse a un micrófono deben tener plena conciencia de la responsabilidad que deben demostrar en cada una de sus actuaciones.
¿En qué ha cambiado la forma de hacer radio en los últimos tiempos?
-Tal vez podamos hablar de un cambio en su estilo de dar la noticia acudiendo por ejemplo a la información dialogada. Pero para quienes venimos de voces, presencias y estilos como los de Omar Defeo y Néber Araújo solemos preguntarnos hasta qué punto el cambio tiene sentido. El ritmo en la programación es otro, ajustándose o adaptándose a los cambios operados en la sociedad en que vivimos aunque aún estamos a salvo (cada vez menos) de la locura de las grandes capitales. La música varía de acuerdo a los gustos de la mayoría o de lo que se piensa es la mayoría.
¿En qué consiste la magia de la radio, si es que la tiene?
-No dudes que la tiene aún frente a la embestida de la televisión y de Internet, fundamentalmente. La radio sigue siendo única y mantiene su propio «idioma». La escuchás donde quieras y cuando quieras. Es la compañía perfecta: nada te pide y todo te lo da. Y algo muy importante: es el único que te permite imaginar, jugar con descubrir una voz, ponerle rostro, color de ojos y de cabello y hasta crear su estatura. Como te darás cuenta aún no han logrado convencerme y sigo diciendo «no» a las cámaras web en un estudio de radio. Permítanme seguir imaginando.
¿Qué hay qué hacer en radio para que la gente vuelva a escucharte al otro día?
-No tengo cualidades de pitonisa, pero entiendo que un factor principal para escuchar «al otro día» es la seriedad y la responsabilidad en la información, la buena selección musical, las entrevistas y la calidad de los entrevistadores y prestar atención a las voces y a la forma de manejar el idioma, por solo decir algo y no extenderme en el tema. De cualquier manera me permito decir que me sorprende la carencia de exigencias al brindarle a una persona una herramienta de poder como es un micrófono.
¿Una anécdota de tu laburo para terminar esta nota arriba?
¡Son tantas! Imaginate desde 1948 hasta… Te cuento una solita: en radio fue donde comencé a desempeñarme como actriz y como tal integraba el elenco del famoso radioteatro de las 13.30 de Radio Carve. Juan Casanovas y Violeta Ortiz eran sus figuras principales y el director Carlos Tolve un genio en esta materia. En el estudio: puertas, cadenas, pedregullo, papel celofán y todo aquello que fuera necesario para hacer sonidos. Aquel día venía para la risa…desde la lectura previa que hacíamos a modo de ensayo. Cuando aún faltaban unos diez minutos para llegar al fin alguien hizo la payasada que estábamos esperando: nadie podía hablar y el que lo intentaba apenas podía balbucear tres palabras y… ¡juáááá…! Los únicos que no participaban eran los protagonistas que nos miraban con caras de piedra. En el control, Carlos Tolve, el director, con el rostro desencajado, los ojos salidos de las órbitas arrancándose los pocos pelos que le quedaban, gritaba enfurecido…»sigan….sigan…ríanse que así les va a ir… y algunos epítetos fuertes que no es necesario reproducir. Y para hacer más loca la situación sacaba el enorme disco de cortinas musicales del «plato» y lo lanzaba al aire. El final de aquel capítulo fue un solo de risas. Misteriosamente los personajes más «divertidos» fueron desapareciendo por un tiempo, para regresar cuando fuera necesario. Si mal no recuerdo el mío nunca volvió. Los libretos eran de Angélica Ferreira. Vaya este recuerdo como un homenaje a todos los que contribuyeron durante largos años a mantener viva la «magia de la radio».