Aunque todavía faltan meses para la próxima Campana de Oro y muchos más para el próximo Desachate es interesante plantearse el tema del voto del público en los festivales publicitarios.
Hace tres años el Desachate inauguró una categoría que logró muy buena aceptación por parte de los televidentes en las transmisiones en vivo. La cantidad de votos por sms así lo demuestra.
5 eran las piezas seleccionadas entre todas las inscriptas para ser juzgadas por el público en general y no, como sucede habitualmente en los festivales, para ser juzgadas por anunciantes y publicistas locales o internacionales.
Muchas voces surgieron entonces. Algunas de crítica, otras de aliento.
Se trata de un tema polémico por donde se lo mire.
Escuché que muchos publicistas vieron al premio con temor de que los anunciantes al ver quién es el ganador del público elijan que su comunicación siga por ese mismo camino. Un temor en mi opinión nada válido si la relación con el anunciante es seria y profesional, y el mismo entiende que cada marca tiene una comunicación que responde a su imagen histórica y a su relación con el consumidor. No a un premio puntual en un momento determinado bajo un brief determinado.
O para ser más claros: muchos publicistas tenían miedo de que a todos los anunciantes se les diera por hacer un jingle emotivo sobre Uruguay y esas cosas que nos unen como uruguayos (como era el caso de una de las piezas ganadoras)
Sin embargo el miedo está presente. Hay muchos que no ven este voto como una oportunidad y prefieren que los publicistas sigan siendo juzgados por publicistas. Ok. Hay decenas de premios así en el mundo. Es más, la Campana y el Desachate cuentan con ese modus operandi. ¿Entonces, por qué le cerramos la puerta a la participación de la gente?
A veces traslado el tema, salvando las distancias, al mundo del espectáculo. Generalmente las películas taquilleras rara vez coinciden con la opinión de los críticos.
Lo cual me genera una interesante pregunta, teniendo en cuenta el tipo de trabajo que hacemos en publicidad: ¿nuestro trabajo no estará más cerca de las películas taquilleras que del cine independiente?
¿No será hora de acercarnos más al tablado que a los premios en Cannes? Quizás así hagamos una mejor publicidad, no tan egocéntrica, sino más popular. No tan enfocada en festivales, sino en la gente.
En mi opinión, la clave del debate está en preguntarse: ¿cuál es el objetivo del premio del público?
Un debate más que interesante donde están todos invitados a participar.
Martín Avdolov