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PUBLICITARIOS ANIÑADOS.

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Antes del Día del Niño, algunos creativos hablan sobre publicidad infantil.
Hoy: Alan Grunewald, Director Creativo de Key Como Llave en Inglés.

Licenciado en Comunicación, empezó su carrera en Cámara/TBWA en 1999. Luego, llegó a la dirección creativa en Young & Rubicam y DDB, hasta que en 2010 decidió formar Friler, un proyecto de publicidad independiente para en 2011, integrarse como Director Creativo en Key. Además, es docente en Universidad ORT, fue tres veces directivo del Círculo Uruguayo de la Publicidad y entre los premios que logró con sus equipos, cuentan FIAP, Ojo de Iberoamérica, Festival de Gramado, ADDI Awards, Desachate y Campana de Oro. Ah, fue jurado de Campana de Oro y Ojo de Iberoamérica.

Hay un estudio de incierta fuente que dice que la publicidad más recordada es la que tiene como protagonistas a animales y a niños. ¿Qué campañas protagonizadas por niños te han parecido memorables?

Algunas piezas que recuerdo:
Comercial de Personal para el día de la madre (el que el niño abandona la casa porque la madre le jura amor eterno a una planta).
El de Telecom de Agulla y Bacceti de la bebé que habla.
El de los condones en el que el niño hace un berrinche en el super (probablemente el viral mas viral de todos los virales).
El de “Children see, children do”, un concepto alucinante.
A nivel local el del Ministerio de Turismo “llevá a tus padres de vacaciones”.
Y el de Tienda Inglesa del Niño/Director.

Y hablando de publicidad de productos o marcas dirigidos a niños, ¿de qué campaña te acordás más?

Me acuerdo del comercial censurado de Sancor, la del yogur, donde un niño le pagaba a un enano para comerse su comida y así ir directo al postre
Y ahora me viene a la mente la actual de Tang (prepará tomá y hacé) que si bien no tiene mucho brillo creativo, me parece perfecta para esa edad.

¿La publicidad dirigida a niños implica un desafío particular?

Yo creo que el desafío es entender muy bien los códigos. ¿Realmente entendemos por qué los niños y niñas de hoy aman a las Princesas de Disney, Hanna Montana, Ben 10 o Backugan? Quizás nosotros preferiríamos que les pase eso con personajes que apreciamos más y que tienen valores más parecidos a los nuestros como adultos. Pero no, los niños piensan distinto: no se ríen de las mismas cosas que los grandes. Además, no es lo mismo niños de 3, 4, 5 años que preadolescentes de 10, 11 y 12. Cada segmento tiene sus códigos. Ponerse en su piel es entender esos códigos, y la verdad, es dificilísimo. Lo digo como profesional de la publicidad y también como padre.

¿Considerás que existe una ética específica para trabajar una campaña dirigida a niños?

Al no existir un organismo que controle la publicidad, lo que hay es autoregulación.
Igualmente siento que la publicidad hoy habla más desde la seducción, desde lo cool, lo gracioso que desde la “hipodérmica” de “Papá, Mamá, comprame Charoná”

La publicidad de marcas y productos para niños, suele ser publicidad que busca alcanzar también a los padres. ¿Qué consideraciones pensás que hay que tener respecto a esto?

Creo que las marcas que se acercan a la perfección son aquellas que los niños aman y los padres valoran, porque a les deja a sus hijos algo más allá de una experiencia puntual: los alimenta de forma sana, o promueve valores como la solidaridad o el respeto.
Un ejemplo a seguir son las películas para niños, donde a través de un cuento infantil, se hacen guiñadas al mundo adulto. Entonces, ese producto que alguna vez fue una película para niños que excluía a los padres, hoy es entretenimiento para todos. Y los padres van al cine con las mismas ganas que los niños.

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