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César Miraballes – Locutor

Generales

¿Cambió algo en los últimos años en el laburo del locutor? ¿Qué cambió?

Pueden haber cambiado las formas pero no la esencia.
La naturaleza del trabajo del locutor se mantiene a través de los años.
Esa naturaleza consiste en captar la idea del creativo y transmitirla manteniendo lo más fielmente posible su esencia, es ser “la voz” que traslada ese mensaje.
Por momentos han variado los estilos generándose modas, más o menos acartonado, más o menos grave, más o menos natural o más o menos “locutor”, pero como toda moda es efímera.
Siempre se vuelve al origen, transmitir el mensaje de la forma más seductora posible (en la amplia definición del término seductor)
Un aspecto interesante que si ha cambiado en algunos casos es la forma de trabajo.
Hasta hace unos 20 años existían los locutores de tandas en vivo o grabadas (que supe ser) una forma prácticamente extinguida, sustituida por los avisos pregrabados.
Otro cambio, motivado por la crisis económica de comienzo de siglo en donde salimos a buscar oportunidades en otros mercados y la accesibilidad de la tecnología (estudio_computador y conexión a internet), fue montar un estudio de grabación propio para de esa manera grabar nuestra propia voz y poder trabajar para el exterior.
Esto motivó cambios de rutinas a nivel próximo también que se mantienen hasta el día de hoy, algunas radios o agencias supieron aprovechar ésta situación solicitándonos a los locutores que grabáramos en nuestros estudios, enviando posteriormente el audio.
De ésta manera, en mi caso me convertí en locutor operador.
Por aquel entonces también tuvimos que adquirir una nueva forma de decir para poder insertarnos en los nuevos mercados, es así que estudiamos y nos familiarizamos con el castellano neutro.

¿Cuándo sentís «pah! qué garrón esta locución que tengo que grabar»? ¿Y «pah, qué buena puede quedar esta locución»?

Nunca un locutor puede sentir que una locución es un “garrón”, en mi caso todas las recibo de la misma manera, como un desafío al que le debo ganar.
Si pueden existir locuciones que te gusten hacer más que otras, ya sea por la idea, la redacción del texto, su contenido o las características de la grabación en si mismo.

En éste caso quisiera destacar una locución que grabé en el baúl de un automóvil, para una campaña de Renault Symbol creada por Ginkgo Lowe.
La condición fue esa, tenemos una locución para vos, pero debe ser hecha adentro del baúl de un auto (con el baúl cerrado) junto a un operador y te filmaremos.
De entrada me divirtió la idea, me pareció genial y de hecho es de los trabajos que guardo como más trascendentes en mi trayectoria como profesional.
Esta pieza, posteriormente fue de las más premiadas en la historia de la publicidad uruguaya.
También llegué a grabar metiendo la cabeza adentro de un balde con la boca en el agua.
No es fácil la profesión de locutor!

¿Cómo te diste cuenta que podías ser locutor? ¿Cómo arrancaste? ¿Algo sobre tus primeros laburos?

Por mi amor por la radio.
Desde que me recuerdo escuché radio. En la escuela era el más informado de mi clase, porque mi madre cuando se iba a trabajar de mañana temprano, para que no me durmiera me dejaba el informativo en la radio.
Crecí con la radio.
Por 1987, en mi adolescencia, grabé un “piloto” en un casete, de un programa para la antigua CW41 de San José; averigüé donde vivía el dueño y se lo llevé a la casa. Tuve la mala suerte que había vendido la radio el día anterior, pero como le gustó lo que le presenté y vio mis ganas, me contactó con el responsable de un espacio quien me permitió leer notas en su programa cada domingo en la tarde. Meses después alguien me escuchó haciendo narraciones humorísticas en carnaval y me invitó para probarme grabando locuciones publicitarias y de ahí en más…

¿Alguna vez te reconocieron la voz en un cumpleaños?

No, jamás, es que al grabar imposto la voz.
Haciendo locuciones mi voz es diferente a la de una charla casual y tiene sus ventajas, porque no falta el que al enterarse que sos el locutor de tal o cual medio te pida, “A ver decime algo” y siempre le contesto lo mismo menos mal que no soy… (Aquí, como en la radio, utilizar la imaginación).

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