Segunda y última parte. Ideal para tomarse diciembre un poco menos en serio.
A continuación no te podés perder más anécdotas. Esas historias que de vez en cuando rompen la rutina y hacen que nuestro trabajo sea único.
“La fija que nos ha pasado a todos es trabajar para un cliente después de haber trabajado para la competencia y contarle las ideas con una contundente firma al cierre de su COMPETENCIA en lugar de su firma. Por ejemplo, trabajar para Old Times después de haber trabajado para Mac Pay y terminar de contar un comercial diciendo entra logo y locutor que dice MAC PAY…. Cuando habría que decir OLD TIMES…. Esto además me ha pasado en licitaciones…”
“Me ha pasado tentarme en una reunión y hasta tener que salir. Yo tenía por costumbre escribir “bardo” o barbaridades insertas en el medio de copies largos de impresos, para que cuando el director de arte que armaba los bocetos leyera, se cagara de risa. Le ponía humor… Tenía este ejercicio y mi dupla de arte que me conocía, leía y extractaba sin complicación los bardos que generalmente expresaban diferentes aberraciones sexuales que resultaban muy divertidas contrastando con textos que podían ser de fondos de inversión, de manuales de cocina, de productos cosméticos y otros. Una vez, con mucho trabajo, mi dupla de arte no pudo leer lo que le envié y cortó y pegó el texto en un brouchure que me llevé impreso. Cuando lo empecé a leer extendido frente a mi cliente (cliente muy serio, muy formal y pacato) y llegué a la primer frase donde introducía (tal cual) la primera gran sorpresa carnal en el copy me quedé helado por una fracción de segundo y doblé rápidamente el brouchure en cuadraditos minúsculos (con fuerza porque era grande y sólido) y lo empecé metí en un bolsillo de mi jean ante la mirada congelada de 3 personas de mi cliente que no entendían nada de lo que hacía o pasaba. Además me vino un ataque de risa. Solo pude decirles entre risas, el brouchure se lo envío luego… Este está mal…”
“Lugar: Agencia, sala chica.
Participan: 2 por parte de cliente y 2 por parte agencia.
Situación: Cliente era un hombre bastante difícil, y estábamos en plena discusión de un importante proyecto. En un momento la ejecutiva de la cuenta se retira de la sala y desde recepción me llama para decirme algo.
Disca a la sala y dice por teléfono: ¨Me tiene podrida, es un energúmeno este tipo¨. Silencio del otro lado del tubo por unos segundos…hasta que del otro lado se escucha: ¨Si, totalmente anormal….¨.
Una conversación que podría haber sucedido sin ningún tipo de consecuencias, salvo que el que había contestado el teléfono era el cliente”
“presentación por conference campaña burger king internacional, cliente difícil, cuando viene la parte cúlmine del comercial, el director contando el storyboard dice: «entonces nuestra hermosa protagonista, heroína, logra su cometido, y finaliza con consumo de su Big Mac»… del otro lado de la línea se escucha un estruendoso clank seguido de tu. tu tu tu tu tu….”
“Una vez, en donde el dueño de una agencia, en el intento de salvar una idea, empezó a argumentar acerca el valor de la creatividad. Entonces empieza a contar una idea que para el era genial. La cuenta muy emocionado, se ríe mientras la va relatando, que lo bueno era que lo que parecía ser un comercial de helados termina siendo un comercial bien machista de cerveza. Cuando termina, el cliente le pregunta de qué cerveza era…. Él se queda pensando unos segundos y como al pasar responde: vos sabés que no me acuerdo. Plop”
“Una mañana a las 10 me citaron por primera vez a una entrevista con un cliente muy sui generis. El caso es que yo tendría unos 35 años y él unos 28 más o menos. El tema
es que llego a la reunión y A LAS 10 DE LA MAÑANA!!!!!! me pregunta: «¿te
tomás un vinito?» yo no tomo pero además imaginate!!! no sé qué cara le puse pero me dice «bueno, ni te embaraza ni te engorda!!!» y muy tranquilamente, saca una damajuana!!! de abajo del escritorio y un vaso ordinario y se sirve uno sin más trámite”
Martín Avdolov