Últimos días del 2010. Se nos va la primera década de un nuevo siglo, de otro milenio.
Una de las principales conclusiones a las que podemos llegar es que estamos inmersos en una época de cambios constantes cuyo destino aún es incierto. Si bien podemos trabajar día a día planificando varios escenarios posibles, son más los cuestionamientos que las certezas. Esto puede suponer varios peligros tanto para las marcas como para el desarrollo de la profesión publicitaria, pero también sugiere varias oportunidades. El libro se está escribiendo y podemos pasar de ser lectores anónimos a consagrados autores. Esta última postura ya la han tomado varios profesionales uruguayos que trabajan tanto en Uruguay como alrededor del mundo. Bienvenidos sean.
Seguramente muchos de los que hoy trabajamos en publicidad comenzamos nuestras carreras con la certeza de que teníamos un camino marcado que recorrer. Recordemos lo que era trabajar en publicidad años atrás. Las reglas de juego eran mucho más claras. Por ejemplo, cómo se cobraba nuestro trabajo. Algo fundamental que está íntimamente ligado al reconocimiento de la profesión por parte del mercado y que hoy enfrenta cambios fundamentales.
Tanto nosotros como las nuevas generaciones debemos ser conscientes de que hoy la publicidad se presenta como una profesión que debe necesariamente hacer y transitar un nuevo camino. No es fácil, pero es necesario.
El 2010 se termina y cada uno hará su propio balance. Uno que vaya mucho más allá de los premios obtenidos o de los no obtenidos. Un balance meditado y profundo.
El gremio publicitario debe tomar consciencia de que un nuevo año está por llegar. El 2011 estará repleto de días llenos de incertidumbre, es cierto, pero como mencionábamos anteriormente también llenos de oportunidades. Días para que sigamos haciendo ese camino que de un momento a otro nos llevará a la evolución de la publicidad. Una evolución que se presenta tan necesaria como inevitable.
Martín Avdolov