Hace un par de semanas el artículo “Los publicistas truchos”, generó una interesante discusión por parte de los socios del círculo uruguayo de la publicidad.
Cuando escribo lo hago lejos de tener una verdad absoluta sobre los temas en cuestión, lo que intento a través de estos artículos es que cada profesional pueda plantearse en un ámbito privado o grupal distintas preguntas sobre el trabajo que hacemos todos los días.
El ritmo cotidiano, cada vez más acelerado, cada vez más urgente, hace que muchas veces nos olvidemos de efectuar una pausa en el camino.
Cuestionarse la realidad, tratar de entenderla, generar preguntas que muchas veces no tienen una única respuesta, es lo que nos convierte en seres pensantes y no en máquinas automatizadas.
Personalmente, confío en un profesional crítico, analítico y pujante. No creo en el “vale todo”. Y estoy convencido de que como grupo de profesionales podemos enaltecer no sólo lo referente a nuestra profesión, sino también a nuestra cultura.
Hoy un gran colega, pero por sobre todo un gran amigo, me pasó el link de un par de artículos publicados en adlatina.com.
Por suerte no somos los únicos que creemos en el cuestionamiento, que confiamos más en las preguntas que en las respuestas, que no nos conformamos con asumir realidades sino que intentamos cambiarlas.
El primero decía lo siguiente: “…(Buenos Aires, lunes 7 de septiembre 2:05 pm)… En el día de la fecha, el Círculo de Creativos Argentinos anuncia que impondrá en su festival Diente la misma normativa que el One Show ha impuesto para sí mismo, a raíz de los acontecimientos que tomaron estado público la semana pasada.
La flamante normativa del One Show castiga a la agencia que haya inscripto un aviso para un cliente inexistente o que no haya tenido aprobación del mismo, con la prohibición de inscribir en el festival durante el período de cinco años.
Asimismo, si el aviso hubiera publicado gracias a que la agencia se hizo cargo de la publicación, la prohibición de inscribir es de 3 años.
Adoptar como propia la normativa del One Show no es más que el natural correlato de las decisiones tomadas…. Como Círculo de Creativos de un país y como organizadores de un festival, no podemos ignorar que una parte importante de la credibilidad a largo plazo de la creatividad y los creativos en la industria, se encuentra atada a que sus prácticas de reconocimiento inter pares y la selección de sus mejores trabajos, se hagan de una manera honesta….”
Algunos de los profesionales del Círculo Argentino de Creativos que firman son Carlos Pérez y Joaquín Mollá.
Este no fue el único artículo que hizo referencia al tema en cuestión.
Quien le dedicó mucho tiempo y espacio es nada más ni nada menos que Jorge Martínez, director de adlatina.com.
“…El affaire DDB/WWF será sin duda un hito. En todos lados, en distintos idiomas, todos coinciden en la necesidad de cambio de códigos en los festivales, al menos en los más trascendentes…
…Detrás de la ambición desmedida y egocéntrica de algún creativo, se esconde un vericueto de variables del negocio publicitario en el que participan todos los protagonistas…
… La publicitaria es la actividad más premiada del planeta. Como las estrellas del jabón Lux, nueve de cada diez creativos recibieron un premio. Pero lo necesitan para recibir mejores salarios. Para una agencia sacar chapa de creativa significa negocios en su mercado y también junto a su red en la región y en el mundo. Parece que se trata de un mal necesario o ¿barajamos y damos de nuevo?…
…Y para finalizar, no hay nada mejor que comentar el comienzo: la publicidad históricamente fue fustigada por la sociedad. “No le digas a mi madre que trabajo en una agencia de publicidad: cree que toco el piano en un burdel”, ironizó Jacques Séguéla. Es una actividad que siempre fue considerada como glamorosa y superficial, un gran negocio con poco aporte social. Por eso, es tiempo de analizar también la ética de los contenidos”
Me quedo con esta última frase. Quizás el día que nos enfoquemos más en el consumidor que en los festivales, los publicistas vamos a ser un poco más queridos que los vendedores de autos usados.
Martín Avdolov