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El amor en los tiempos del Insight

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El pasado 14 de febrero se celebró el Día de San Valentín, un día ideal para unir conceptos tanto románticos como publicitarios. Por un lado tenemos la celebración al amor y por el otro una buena oportunidad de aumentar el flujo comercial.
No me refiero específicamente a la era de las “lovemarks”, sino a un tema que puede parecer superficial para algunos y de enrome profundidad para los involucrados.
Es una gran oportunidad de mirar hacia adentro del Círculo Uruguayo de Publicidad y descubrir la enorme cantidad de parejas publicitarias que existen.
En un conteo interno llegamos a más de 30. Ustedes háganlo en sus casas y verán que se trata de una cifra para nada despreciable.
Desde publicistas ya consagrados hasta creativos juniors, el amor estuvo, está y estará presente en la actividad publicitaria y nadie puede negarlo.
Existen por supuesto momentos idóneos para que se inicien estas relaciones, y otros no tanto. Analicémoslos!

Lugares, tiempos y eventos especiales propicios para el romance:

Licitación: Aunque parezca mentira, en publicidad la tensión sexual es directamente proporcional a la tensión laboral. Cuanto más trabajo surja en una licitación, cuantas más horas se trabajen en la madrugada, mayor será el vínculo emotivo entre el hombre y la mujer en el marco laboral de una agencia.
“Vos pasame la estrategia que yo te paso el guión. Vení y corregime las faltas que yo te aumento el logo” ¡Frases románticas si las hay!!
Vale destacar que el trabajo grupal, tan característico en publicidad, puede ser propicio para encuentros swingers. De acuerdo a mi experiencia esto no sucede, o quizás nadie me invitó, no puedo decirlo con claridad ya que desconozco las razones.

Fiestas (del Círculo, Campana, fin de año, productoras): Existen fiestas de dos tipos, la de la propia agencia o las que participan varias agencias. Generalmente las segundas son las que permiten mayor diversidad a la hora de seleccionar una pareja más o menos estable (allí donde el amor evoluciona hasta dar bebés).
En las primeras las relaciones son demasiado escabrosas ya que muchas veces la convivencia laboral se confunde con la convivencia hogareña y los problemas van de un lado al otro como bolsas de nylon en medio de una tormenta (no es una metáfora muy poética pero quería expresar a través de la misma el espíritu de lo residual sobrevolando el universo cotidiano)
Podríamos también especificar las diversas parejas que se forman en las pistas de baile de acuerdo al horario (desde un horario temprano en la noche donde se manifiesta el amor verdadero hasta una beoda madrugada al ritmo de Alcides donde la pasión desenfrenada produce al otro día cuestionamientos existenciales mientras uno intenta transitar la resaca con algo de la dignidad que le queda)

Desachate: Perfectamente se la puede asimilar a esas historias de amor de verano sólo que mucho más cortas e intensas. Puede ser que duren un poco más pero rara vez llegan hasta la etapa de “miráquiénseseparónolopuedocreer”
Obviamente se trata de un evento propicio para el amor, en un entorno natural y académico. Por algo le dicen el Woodstock de la publicidad.

Cabo Polonio y/o La Pedrera – refugios veraniegos in-top-archi-hiper-mega-multi-súper-re-requete-must.
Las caritas conocidas se ven en un ambiente alejado de las hojas membretadas. De pronto el pibe de cuentas que está siempre con traje y corbata te muestra el torso desnudo y la tabla de surf y no lo podés creer. O la pasante en producción tiene un lomazo infernal. Esas personas que durante el invierno no te generaron ni un “mirá” en verano son capaces de sacar la fiera libidinosa que habita en cada publicista. Y capirinha va, fasito viene, el romance llega para quedarse… al menos hasta el próximo invierno.

Allí, donde nunca se encenderá la chispa del amor: Obviamente son muchos los lugares y momentos. Podríamos hablar de los lunes a las 9.30 de la mañana, o de cuando se rompe el aire acondicionado y parece que todos estuvieran de mal humor. Pero lo cierto es que iríamos en contra del espíritu romántico que nos llevó a publicar esta nota.
Así que mientras la inspiración del día de San Valentín continúe entre nosotros, le daremos las espaldas a las oficinas con los sillones fríos, a los msn sin picardía, a la falta del doble sentido en los pasillos de la agencia, a la represión de las fantasías sexuales con los compañeros de trabajo, e incluso a los que tienen vergüenza de regalar flores, las que odian que les regalen bombones porque engordan y a los que se ríen de los peluches que dicen “te amo”

Martín Avdolov

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