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¿Por qué el geniol como estatuilla del Desachate?

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Del surgimiento del Geniol como estatuilla nos cuentan, Macunaíma y Alfredo Giuria.

GENIOL

Realmente no sé a quien endilgarle la paternidad de la cabeza de Geniol como elemento distintivo del Círculo.
En la búsqueda de tal elemento participaron personalidades de la publicidad como Carlos Ricagni de Mc Cann, Alfredo Guiria, Willy Wild, el Corto Buscaglia, Armand Souberbielle, Hugo Burel y algún otro que no recuerdo ahora.
Recuerdo que hubo una suerte de tormenta de ideas, en las que hubo un estado de conciencia que si bien queríamos abrir un nuevo punto de inflexión en la publicidad uruguaya, “recogíamos el eco de lo que antes hubo” como dice el poeta.
Me parece recordar también que Ricagni, memorioso, nos puso en contacto con el tipo que tenía los moldes de la cabeza, allí nacieron los baleros de Oro y de Plata.
Es posible que esté errado, la memoria suele ser una dama esquiva y traicionera, pero me parece que el Geniol del Círculo como las grandes obras de la Bauhus fue un asunto de creación colectiva.
En 1990, con el Guará, una banda de creativos y creativas con las que formamos un equipo de trabajo, nos ganamos un Geniol de Oro y otro de Plata en el Argentino Hotel de Pirlápolis.

Macunaíma.

Esta es una historia publicitaria.
El padre de María José West, mi esposa preferida, tenía una estancia en Florida y tuvo un capataz muy querido y leal al que todos conocían como El Vasco.

Dicho eso a modo de introducción, ahora entro al tema. Desde que comencé a trabajar en publicidad en el siglo XX tuve una tara especial por la historia de la misma. No como estudioso, sino como curioso elegí a Alberto Borrini como el conductor de mi curiosidad. Con él descubrí que si bien la publicidad es un arte efímero, existían algunos desfasajes que hiciera que avisos trascendieran en el tiempo.
Por él conocí a Achille Lucien Marsan, un francés genial que trabajó en Italia, en Argentina y luego de hacerse la América allí, volvió a Gap, su pueblo natal en los Alpes.
De todo lo que vi hecho por él su cabeza de Geniol se convirtió en mi El Dorado.
Busqué en Tristán Narvaja y o estaban en muy mal estado o el precio que pedían no correspondía al sueldo que me pagaba Elbio Acuña por esos tiempos en Punto.

Vuelvo a la introducción.
Un día llevamos a la madre de María José a visitar al Vasco y a su mujer a Florida. Estaba enfermo y en aquella época se estilaba la visita.
Llego a su casa y arriba de la heladera GE, la cabeza de Geniol más perfecta y completa que había visto en mi vida se quedó fija mirándome. Luego de pensar cómo comprársela sin quedar como lo que soy, una bestia. Me explico, cuando quiero algo, me cuesta concentrarme en cualquier otra cosa. Así que traté de permanecer en silencio. Fui presentado como el novio de mi hija, por la madre de María y con cara de bueno estuve mucho rato escuchando la conversación hasta que no aguanté más y así con disimulo, pregunté: cuánto por el Geniol.
No me sentí orgulloso, ni sentí que María y su madre lo estuvieran de mí. Pero….el Vasco me miró y me dijo: no la vendo, pero puede ser nuestro regalo cuando usted se case con la niña (vamos 28 años tenía).
Y cuando nos casamos, la cabeza de Geniol llegó de Florida en una muy bien embalada encomienda de la ONDA.

Se larga el primer Desachate unos pocos años después. No había inscripción de piezas. Había grupos de trabajo que competían por la mejor idea de temas preestablecidos.
Y el Macu propone el concepto Baleros para diplomar a los ganadores. Y para mí no había mejor Balero que la Cabeza de Geniol que siempre me acompañó y todavía me acompaña en mi escritorio. Todos lo aceptaron.
Se pintó uno de Bronce, uno de Plata y uno de Oro. Solo Tres premios, tres reproducciones del humor y talento publicitario de Achille Lucien Marsan. Una muestra de respeto por la historia de la creatividad y un tono de humor para quitarle formalidad a un evento que además de ser un estímulo para la creatividad, debía divertirnos a todos los que participábamos.

Fido Giuria

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